Historia de los Motores Magnético

Finalizada la II Guerra Mundial, los esfuerzos científicos para obtener energías limpias o inagotables se centraron sobre la nuclear. La llamada Energía libre no llegó a despertar, aparentemente, el interés general, y, sin embargo, varios inventores continuaron con sus ensayos. Para frenar las tentativas particulares de quienes trataban de alcanzarla, el Gobierno de EEUU promulgó la “Secrecy Order”.

Los que recibieran la orden, se lo callarían y abandonarían su proyecto. Según el Acta de Libertad de Información de la Federación de Científicos Americanos, sólo en 1991, el Pentágono clasificó 774 patentes como Secrecy Order, suponemos que una importante parte sobre este tema. En 1980, Adam Trombly y Joseph Kahn, intentaron patentar un sistema de Energía Libre llamado “Máquina N”, una mejora de un sistema muy clásico, basado en un fenómeno descubierto por Faraday 150 años atrás: Los imanes, girando con los polos alineados con el eje, producen una intensa corriente eléctrica. Ambos recibieron la Secrecy Order y tuvieron que abandonar. Bruce de Palma, en 1986, con un sistema similar, no consiguió que su patente fuese aprobada ni tampoco recibió esta Secrecy Order. A cambio fue amenazado. Para seguir en su invento se ha ido a Australia. Las Máquinas N se están desarrollando en la India, por Paramahamsa Tewari, en una institución oficial como es el Proyecto Kaiga de centrales nucleares, y en el MM de Japón, por Shuiji Inomata, con electroimanes superconductores, en que Toshiba Corporation ya ha invertido 2 millones de dólares americanos. Ello es de sobra conocido. ¿Por qué la Inquisición tiene preferencia por EEUU?

Sin embargo, otros inventores como Villaseñor, Richardson y Pasichinsinkyj, en sus patentes de 1977, 1978 y 1990 sobre procedimientos basados en la reluctancia de electroimanes no tuvieron ninguna dificultad, aunque tampoco se ha hablado de ellos en los simposios sobre Energía libre. Sí se ha hablado muy bien de un sistema electrostático y electrónico de William E. Hyde, con patente en 1990, que fue aceptada sin trabas. Quizá se trata de patentes discretas, eludiendo hablar de la Energía del Punto Cero. La primera patente, de 1991, que se apoya claramente en este océano energético, es la de Kenneth R. Shoulders, un sistema de plasmas fríos que multiplica por 30 la energía introducida para su excitación. Se admitió sin inconvenientes. Estaba respaldada por el reconocido experto en Magnetohidrodinámica, el Dr. Harold Puthoff, del Instituto de Estudios Avanzados de Austin, lo que pesaría lo suyo.

Otro investigador que va por libre, el Dr. Wingate Lambertson, también con un sistema de plasma y cerámicas semiconductoras especiales, al parecer en fase comercial relativamente próxima, tampoco se ha quejado de hostigamiento.
Nombres de negro Otros inventores han tenido graves problemas, no con los estamentos oficiales, sino con los Men in Black, hombres de negro, que los han atemorizado. Uno de ellos, Floyd Sweet, el cual obtenía su información de sueños, inventó el Vacuum Triode Amplifier, el VTA, una pastilla rectangular de barioferrita con tres bobinados perpendiculares entre sí. Al aplicar a uno una corriente de 10 miliwatios, obtenía en otro una salida de hasta 50 KW, al mismo tiempo que su peso se reducía en un 90 %. Una característica de esta corriente es que enfriaba los conductores en lugar de calentarlos, y en un cortocircuito accidental el sistema se cubrió de escarcha. En otra ocasión, un calambrazo casi le congeló la mano y le tuvo inutilizado por unos meses. La energía desarrollada por el VTA, presenta las características de implosión, disminuyendo la Entropía, como había anticipado Víctor Schauberger, pero aun así tiene sus riesgos. Espectacular, pero muy poco reproducible y con imprevisibles fallos.

En 1980, a la salida del supermercado, le abordó un hombre de negro, muy elegante, que le entregó una foto del mismo Sweet en el comedor de su casa. Nunca comprendió cómo pudieron sacarla en un segundo piso y sin edificios próximos. Este personaje le advirtió de lo que podía ocurrirle si seguía con sus inventos. Para quedar bien, el FBI le envió a dos agentes que estuvieron vigilando su casa un par de semanas. Empezó a recibir llamadas amenazadoras. La policía, que tenía intervenido su teléfono, en un período de seis meses registró 480 de éstas, hechas desde teléfonos públicos de toda la Unión, por lo que no pudo dar con los responsables. Tom Bearden, uno de los físicos más interesados en divulgar la Energía libre, se había implicado mucho con Floyd Sweet y había presenciado sus experimentos. Le aconsejaba inútilmente que certificase su invento por un laboratorio independiente, a lo que Sweet se negaba por temor a graves represalias. En 1995, a la edad de 83 años, murió de un infarto sin que aclarase cómo acondicionaba previamente las pastillas de barioferrita mediante choques de alta tensión. Otros dos investigadores, uno de Texas y otro de Gran Bretaña, ambos apellidados Watson, han intentado reproducir el VTA sin obtener resultado.

Otro caso de hostigamiento por elementos anónimos es el sufrido por Paul Maudee Brown. Había desarrollado un procedimiento para convertir directamente la degradación radioactiva en electricidad, como una batería capaz de funcionar siglos sin recarga. Utilizaba Uranio 238, muy poco radiactivo y subproducto mayoritario de la purificación del mineral para obtener el U 235 utilizado en las centrales nucleares, y que, al ser inocuo, por su alta densidad se utiliza en los bulbos de las orzas de los veleros. Primero le suspendieron su licencia para manipular elementos radiactivos. Empezó a recibir amenazas y su casa fue aplastada por un buldózer. A pesar de que la revista Fortune había comentado muy favorablemente su invento, se le acusó de fraude, su esposa fue asaltada y su casa robada y destrozada en tres ocasiones. Se le acusó dos veces de fabricar drogas. Finalmente, en 1990, sabotearon los frenos del coche de su madre, pero le acusaron a él y le encarcelaron.